miércoles, 24 de junio de 2009

Medidas de expropiación “fueron una puñalada”

El Gobierno "no midió el alcance" que tendrían las expropiaciones de las contratistas petroleras para la Costa Oriental del Lago (COL). En 2009 el monto de las inversiones de la Alcaldía de Simón Bolívar tendrá que ser reducido como consecuencia de la nacionalización de las empresas del sector.
Carlos Meleán, concejal de Simón Bolívar, señaló que las compañías petroleras, a través de la cancelación de impuestos, generaban casi la mitad de los ingresos propios de ese municipio. En conversaciones con La Verdad el edil advirtió que, tras las estatizaciones, el burgomaestre de ese ayuntamiento (Gustavo Torres) tendrá que ajustar a la baja el presupuesto para obras de este año.
En mayo, las contratistas petroleras pasaron a manos de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) luego de la entrada en vigencia de la ley Orgánica que Reserva al Estado los Bienes y Servicios Conexos a las Actividades Primarias de Hidrocarburos, instrumento legal que establece que las compañías que resultaron objeto de expropiación quedaron exentas del pago de aranceles.
- ¿Cuál es la situación económica del municipio Simón Bolívar a un mes de la expropiación de las contratistas?
- A veces el Gobierno no mide el alcance que puede tener este tipo de actuaciones. Nosotros no estábamos a favor de aquellas empresas que, aunque tenían extremas ganancias, se olvidaban de las comunidades aledañas, pero esas compañías pagaban impuestos que iban en beneficio de la inversión para acueductos, vialidad y otras obras para el municipio.
- ¿Cómo quedó el presupuesto del municipio ante la pérdida de los impuestos que pagaban las contratistas?
- Nosotros estamos dejando de percibir, por ingresos propios, casi 40 por ciento como consecuencia de las expropiaciones. Hay que recordar que cuando las empresas son privadas cancelan impuestos, mientras que ahora que pasaron a manos del Estado quedaron exoneradas del pago de aranceles. Por eso nosotros esperábamos que, por lo menos, se conformaran empresas mixtas para que hubiese una relación ganar-ganar. De esa manera el Gobierno indudablemente se beneficiaría pero no dejaría de pagar los impuestos que van en beneficio de un pueblo que así lo requiere.
- ¿Los demás municipios de la COL enfrentan el mismo problema de Simón Bolívar?
- La situación más crítica la tiene Lagunillas, donde se concentra el grueso de las contratistas que fueron expropiadas. Ese municipio perdió aproximadamente 70 por ciento de sus ingresos propios. En la Costa Oriental del Lago también están Valmore Rodríguez y Cabimas, que enfrentan una situación similar a Simón Bolívar.
- ¿Ante la pérdida de los impuesto se tendrán que hacer ajustes en el presupuesto?
- Nosotros no sólo perdimos lo que son ingresos propios. Tenemos que recordar el recorte que hubo como consecuencia de la caída de los ingresos petroleros. En el presupuesto de 2009, por vía de LAEE (Ley de Asignaciones Económicas Especiales), sufrimos un recorte 47,4 por ciento. Por Situado la disminución fue de 28,4 por ciento. Son casi 74 por ciento de reducción que tenemos en nuestro presupuesto. Se va a ver cómo va a mermar la inversión para obras, vialidad, drenaje. El recorte va en perjuicio, no del alcalde, sino del pueblo.
- ¿Cómo quedó la actividad comercial luego de las expropiaciones?
- Las expropiaciones fueron una puñalada a la Costa Oriental del Lago. Cuando hablo de puñalada me refiero a lo que es comercio, pequeños productores y todos los que dependían de alguna manera de la actividad. Esto afectó hasta a las personas que vendían sus periódicos, empanadas y refrescos. Esta es una cadena, porque la expropiación perjudicó desde las empresas hasta los últimos beneficiarios. Nosotros calculamos que entre 70 y 80 por ciento ha caído la actividad comercial.
- ¿La estatización de las contratistas afectó el índice de desempleo en el municipio?
- Yo no sé quién le vendió al presidente (Hugo) Chávez la cifra de los ocho mil empleos que generan las contratistas según cifras del Gobierno. Nosotros estamos hablando que 108 mil personas pueden quedar desempleadas en toda la Costa Oriental del Lago. Están los ocasionales, quienes de alguna manera dependían de las contratistas; los empresarios que vendían repuestos, quienes prestaban servicios; todas esas personas quedarán por fuera del sistema que aplicó el Gobierno. En la zona comercial, las personas que tenían cinco y seis empleados se van a ver obligadas a salir de una parte del personal. Ya no sólo estamos hablando de los despidos de las empresas petroleras sino de toda una cadena.
- ¿Cómo quedó el conflicto con PDVSA por las instalaciones de la Alcaldía de Simón Bolívar?
- Hay una orden de los tribunales para desalojar la sede. La orden vino emanada de PDVSA (Petróleos de Venezuela) que está exigiendo sus instalaciones. Sobre esa estructura, en su debido momento fue firmado un comodato, precisamente en el año 1997. Desde entonces la Alcaldía está haciendo uso de esas instalaciones. El comodato se firmó por 10 años, es decir, se venció en 2007. En virtud de que se venció el documento nosotros decidimos enviar una comunicación, siempre respetando el marco jurídico, para que PDVSA supiera lo que estaba ocurriendo. Nosotros nos llevamos una sorpresa porque ellos (la estatal) no sabían ni siquiera que el comodato tenía vencimiento.
- ¿Qué pasó cuando PDVSA se dio por enterada del vencimiento del comodato?
- Solicitamos una mesa de dialogo para ver qué se iba a hacer con las instalaciones, pensando en la buena fe de ellos (la estatal). Creímos que PDVSA se sentaría con nosotros para conversar puesto que ya habíamos tenido manifestaciones de buena voluntad hacia la empresa. Anteriormente hubo peticiones por parte de Petróleos de Venezuela hacia la Alcaldía sobre unas tierras ejidas municipales que fueron pedidas para la construcción del Criogénico de Occidente, en ese momento la Alcaldía no puso ningún tipo de traba, obstáculo ni impedimento.
- ¿Esperaban que ese hecho se tomara en cuenta como un convenio entre la Alcaldía y PDVSA?
- Sí. Nosotros en ese momento pudimos haber hecho un cambio dándole las hectáreas para que nos firmaran el comodato, sin embargo, nosotros no tuvimos esa mala fe, sobre todo porque en ese momento PDVSA nos vendía que en ese lugar se iban a generar cuatro mil empleos directos que iban a beneficiar al municipio.